El dolor crónico y el trauma
Una conexión invisible pero real
Un dolor que no cesa.
El dolor crónico es una experiencia compleja, especialmente cuando no tiene una causa médica aparente.
Precisamente de ese dolor quería hablaros hoy. Del que, tras haber visitados muchos médicos, sigue ahí.
Las personas que lo sufren se sienten incomprendidas, perdidas, desesperanzadas, en muchos casos angustiadas y abrumadas por un dolor que no cesa.
Ese dolor que reconocen muy bien pero que, sin embargo, tiene muchas incógnitas a su alrededor: ¿de dónde viene?, ¿por qué estará aquí?, ¿desde cuando?, ¿por qué a mí?, etc
¿Qué dicen los estudios?
Cada vez más estudios en neurociencia y psicología confirman una verdad poderosa: el cuerpo guarda memorias emocionales, y el trauma puede manifestarse como dolor físico persistente.
Cuando vivimos situaciones traumáticas —como abuso, abandono, violencia o pérdidas significativas— nuestro sistema nervioso entra en modo de supervivencia. Si esas experiencias no se procesan adecuadamente, el cuerpo puede quedar atrapado en un estado de hipervigilancia, tensión constante y activación emocional.
Esta activación, muy lejos de desaparecer con el tiempo, se queda instalado en nuestro cuerpo, generando dolor físico.
Muchos pacientes con dolor crónico (fibromialgia, migrañas, colon irritable, fatiga crónica, dolores musculares) también presentan antecedentes de trauma. No porque “se lo inventen”, sino porque el dolor es una forma en la que el cuerpo expresa lo que la mente no ha podido procesar. No es imaginario. Es real.
No estás sol@
Si te encuentras en una situación parecida quiero decirte que no estás solo. En consulta atendemos a numerosas personas con ese tipo de patología.
La buena noticia es que el dolor emocional puede sanarse. Las terapias especializas en trauma y un acompañamiento terapéutico seguro pueden transformar ese dolor.
Tu dolor tiene una historia. Escucharla es el primer paso para sanarlo.


